Las obras de Botero cambiaron el centro de Medellín.
El centro de Medellín, urbanísticamente y socialmente cambió con las obras de Botero. El arte llegó para quedarse y con ella otra forma de vida, de interacción e incluso de turismo.
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Cuando Pilar Velilla llegó a ser la directora del Museo de Antioquia, se encontró con una promesa que había hecho el maestro.
Ella nunca pensó que gestionar aquella donación cambiaría la historia del centro de la ciudad.
Aquella transformación fue un trabajo arduo y qué llevó tiempo. Con emoción cuenta los resultados de cuando llegaron las obras.
Aquellas esculturas habían llegado a su hogar, pero no solo para ser apreciadas. La Plaza Botero se convirtió en un referente para la ciudad, en un punto de encuentro;
el arte se volvió parte de la vida cotidiana y con ella llegó progreso turístico, además de la visión de una Medellín internacional.
El maestro siempre había soñado con regalarle a la ciudad parte de su obra, pero su donación no solo se convirtió en un museo, se convirtió en esperanza y en cambio; la plaza de Botero, el Museo de Antioquia y el centro de la capital antioqueña dan fe de que el arte si cambia la vida .
