Nada cambió desde que Catherine partió por el camino de los triunfos deportivos. Su barrio, ese que la vio nacer y crecer para la vida y el deporte, conserva las problemáticas y falencias que ella vivió. Así, pues, el Barrio Obrero mantiene la esencia, esa misma que llena los corazones humildes y destila felicidad en su entorno, y contiene la sabiduría popular de los viejos, los abuelos, los que enseñan de la vida.