París, 6 sep (EFE).- El arte impresionista y la moda se darán cita en el museo de Orsay (París), donde hasta el próximo enero podrá verse una exposición que hoy presentaron sus comisarios y organizadores, entre ellos Guy Cogeval y el director de ópera y escenógrafo Robert Carsen.
La primera exhibición de arte y moda en un gran museo nacional francés reunirá 60 obras maestras de grandes pintores como Manet, Monet, Renoir, Degas y Caillebotte, medio centenar de conjuntos de época femeninos y 20 masculinos, subrayaron sus promotores.
"Es un encuentro que parece evidente y fatal pero que nunca se hizo", el de los grandes cuadros de la tradición impresionista y ese periodo que vio nacer los fenómenos de moda, dijo el presidente del Museo de Orsay, Guy Cogeval.
El Segundo Imperio francés (fundado en 1852 por el todavía presidente de la II República e inminente emperador Napoleón III) "vio nacer las revistas de moda, el interés por la moda y la evolución muy rápida de las modas", de las que los impresionistas hicieron inventarios absolutamente perfectos, agregó Cogeval.
La exposición "L'Impressionnisme et la Mode" será el medio de mostrar "que, finalmente, los impresionistas se interesaron en la moda y fueron grandes mundanos", destacó el presidente de Orsay y uno de sus comisarios.
"No nos esperábamos eso", se dijo demasiado que los impresionistas se interesaban en los paisajes, en el mundo campesino, en la actividad de las ciudades, "pero también se interesaron en la manera de vestirse de las mujeres, en la elegancia femenina y también en la elegancia de los hombres", añadió.
La exhibición, que en Orsay se verá del 25 de septiembre al 20 de enero, llegará al Metropolitan Museum of Art de Nueva York la próxima primavera y después al Art Institute de Chicago (EEUU).
"Es normal" que se estrene en París, pues es "el país de la moda y el país del impresionismo", dos de los grandes genios de la cultura francesa, "por una vez reunidos", celebró Cogeval.
Las etapas estadounidenses no contarán con los mismos modelos por tener Nueva York y Chicago sus respectivos museos de la moda, como el Galiera de París, pero también dada su enorme fragilidad.
No se puede hacer tomar el avión a los trajes antiguos, "parece increíble, pero no se pueden prestar tan fácilmente" como los cuadros, resaltó Cogeval.
"Se siente la sociedad en la que vivieron los trajes y los cuadros, hay una presencia de la historia social", y eso era importante tenerlo en cuenta para crear los espacios, las atmósferas, las luces, las materias, explicó Carsen, quien confesó "perder el sueño" con la elección de los colores.
Razón por la que añadió en algunas salas papel pintado de época, "estampado a mano como se hacía en los siglos XVIII y XIX", dijo.