Desde hace unos años la Organización Mundial de la Salud acuñó el término de síndrome de edificio enfermo a aquellas estructuras, generalmente de más de 10 años, que por diferentes condiciones provocan problemas de salud en quienes laboran allí.
Un sistema de ventilación que no garantice que el aire se renueve, así como las condiciones externas del aire pueden influir en los síntomas que provoca el edificio sobre las personas.
Dolores de cabeza, problemas respiratorios, fatiga mental, irritación de ojos y rasquiñas en la piel, son algunas de las dolencias que provocan los edificios enfermos.
Según la Organización Mundial de la Salud las personas permanecen el 80% de sus vidas en ambientes interiores.