Que un antílope choque de lado con uno de los líderes; que una cabra se atraviese entre el ganador y la meta; que un charco de pantano sea como pegamento rápido; que haya más que una piedra en tu zapato; que antes de pensar que se trata de una tortura, los primeros colombianos que participen en el Absa Cape Epic, en Sudáfrica, algo así como el Tour de Francia para los ciclomontañistas, piensen que se trata, realmente, de ganarse la lotería.