El último adiós a Miguel Uribe Turbay estuvo cargado de recuerdos, exaltación de su ser como senador, cómo líder político, pero también como ser humano. Un joven estudioso, de carácter firme, de crítica argumentativa soportada en razones, así lo recordó uno de sus mentores, el expresidente Álvaro Uribe, quien aunque no pudo estar presente para dedicarle estas palabras, las escribió para él.
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“Sacrificaron el árbol fresco del jardín de la democracia”, manifestó el expresidente, quien pidió que se ayude a determinar los autores materiales de la muerte.
“Necesitamos que los órganos de inteligencia de países amigos como los Estados Unidos, Reino Unido e Israel ayuden a la inteligencia militar y policiva a los jueces y fiscales es esclarecer este magnicidio”, agregó.
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El magnicidio del senador no sólo es un retroceso en materia de violencia para el país, es fallarle a una generación que creía que en Colombia ya no se registrarían estos actos de violencia política.
“Que les hemos fallado a niños como Alejandro y a muchos de nuestros hijos en entregarles un mejor país sobre todo procurarles un país fuera de la violencia”, expresó el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón.
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El expresidente Álvaro Uribe fue su maestro, de quien adoptó sus posturas políticas, y quien también lo respaldó en el partido cuando lo nombre número uno en la lista para el Congreso.
“Nos duele por su familia, nos duele por Colombia, como dije en lo personal él debería estar aquí, Miguel despertó en Álvaro Uribe un cariño, una admiración y una esperanza que yo llevaba mucho sin ver en él y debería ser él quien debería estar aquí presente dándole ese mensaje”, dijo Jerónimo Uribe, hijo de Álvaro Uribe.
Durante dos meses, Miguel Uribe unió al país en una plegaria por su recuperación, y hoy su ausencia es el clamor de un país, que espera que un día por fin cese la violencia.