Desde diferentes sectores políticos y sociales de Antioquia han surgido fuertes cuestionamientos hacia el presidente Gustavo Petro, por lo que se considera un abandono institucional al departamento. Lamentan la falta de visitas de trabajo y compromisos concretos con la región.
Uno de los principales reclamos se centra en las deudas y los reiterados retrasos y bloqueos en la ejecución de obras de infraestructura fundamentales para el desarrollo del departamento.
Proyectos como el Túnel del Toyo, las vías 4G que conectan el interior del país con la subregión del Urabá, el Metro de la 80 y el fortalecimiento de Puerto Antioquia, han enfrentado dificultades por la falta de recursos y respaldo por parte del Gobierno nacional.
En materia de salud, los reclamos se hacen aún más urgentes. Medellín ha debido asumir con recursos propios una parte significativa de los compromisos que corresponden al Gobierno nacional.
Las deudas acumuladas con hospitales públicos y privados, así como con las eps que operan en la ciudad, han puesto al borde del colapso los servicios de urgencias.
En este contexto, diversas voces en Antioquia insisten en que el presidente Gustavo Petro debe no solo cumplir con los compromisos materiales que ha adquirido con la región, sino también rectificar el tono con el que se ha dirigido al departamento.
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