Bogotá, 10 abr (EFE).- La Policía de Colombia informó hoy de una operación trasnacional que permitió desarticular una red que intercambiaba cocaína supuestamente producida por las FARC por armas de Guinea Bissau, por la que se registraron dos capturas en Bogotá y cinco en la capital de ese país africano.
Según informó la Policía Nacional colombiana en un comunicado, todavía se investiga si entre el arsenal intercambiado y en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hay misiles tierra-aire.
Esta institución había advertido el pasado 3 de abril de que según información de inteligencia esta guerrilla tiene misiles tierra-aire, algunos robados y otros fabricados por ellos o comprados.
En la investigación, de más de un año de duración, participaron las autoridades de Estados Unidos, Portugal, Guinea Bissau y Colombia.
En Bogotá fueron detenidos Rafael Antonio Garavito y Gustavo Pérez, quienes tenían una Circular Roja de Interpol en su contra y eran "enlaces" de las FARC para "el envío de clorhidrato de cocaína y lavado de activos hacia el continente africano", de acuerdo al comunicado.
Además, les fueron incautadas cuatro toneladas de cocaína.
El Departamento de Justicia de EE.UU. había pedido a Interpol que interpusiera una "circular roja" contra estos dos colombianos por "terrorismo", dada su presunta relación con las FARC, organización que ese país considera terrorista.
También la Corte del Distrito Sur de Nueva York les reclamaba por delitos relacionados con el narcotráfico.
La semana pasada fueron detenidos en Bissau cinco personas, de las que tres eran oficiales en retiro de la Armada guineana, entre ellos el exjefe del Estado Mayor de la Armada de Guinea Bisau, vicealmirante Bubo Natchuto, capturado en aguas internacionales próximas a Cabo Verde.
Los otros oficiales en retiro eran Papis Djeme y Tchamy Yala, mientras que los otros dos civiles fueron identificados como Manuel Mane y Saliu Sisse.
El pequeño país africano, que se independizó de Portugal en 1974, se ha convertido en los últimos años en un importante lugar de tránsito del tráfico de droga que llega a Europa procedente de Latinoamérica.
Las FARC, inmersas en un proceso de paz con el Gobierno de Colombia, han negado estar vinculadas al narcotráfico como sostienen las autoridades colombianas y estadounidenses, al matizar que sólo cobran una cantidad de dinero a los dueños de cultivos ilegales en sus áreas de influencia.