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Cultura afro, una tarea por colorear

Preocupación y desencanto. Así se declararon los asistentes al Primer Seminario Nacional Cátedra de Estudios Afrocolombianos ¿Realidad o Discriminación?. El evento, culminado en la sede de la Asociación de Institutores de Antioquia, ADIDA examinó las iniciativas que, ordena la ley, incluyen la historia de la cultura afrocolombiana en los currículos académicos. Pero nada de eso se cumple.

Para la filósofa e historiadora Diana Uribe, participante en el evento, uno de los principales problemas que ha tenido el desarrollo de la Cátedra de Estudios Afrocolombianos en las instituciones educativas es la falta de conocimiento de los profesores sobre la historia de las comunidades negras y de los indígenas, además del difícil acceso a estudios e investigaciones.

Aunque Uribe reconoce que falta voluntad política del Gobierno para promover e impulsar el estudio de la población afro, insiste en la necesidad de “descolonizar” la educación. “El reto es cambiar la conciencia histórica de este país, es contar la historia de los olvidados y de los marginados con orgullo, de manera que nos entendamos desde la dignidad que hay en nuestra cultura y no desde el fatalismo colectivo que padecemos”.

María Isabel Mena García, coordinadora del proyecto Dignificación de la Cultura Afrocolombiana, afirma que lo primero que se debe hacer es una revolución educativa que debe empezar desde las universidades que son las que forman a los profesores, porque en la medida en que los centros académicos mantengan los patrones europeos y eurocéntricos de pensamiento, “la verdad de apuño sobre los africanos y sus descendientes no tiene cuándo cambiar”.

Realidad afro

Conocer nuestras raíces afro, y sentir orgullo de ellas, no parece posible con la mentalidad actual. Así lo revela el Observatorio de Políticas Públicas para los Afroantioqueños, esfuerzo liderado por la Universidad de Medellín y la Gerencia de Negritudes de la Gobernación de Antioquia, con en el cual se visitó al Magdalena Medio y Bajo Cauca y Urabá, zonas con mayor presencia de población afro, donde, según el observatorio, se ha hecho muy poco en materia de atención.

Berta Luz Santamaría, coordinadora del observatorio, y quien visitó 16 municipios de las tres subregiones de Antioquia, afirma que en las instituciones educativas no se están incluyendo programas educativos para dar a conocer la cultura afrocolombiana.

“Visitamos organizaciones culturales, colegios y bibliotecas y no encontramos ni literatura ni investigaciones sobre la historia de las comunidades negras”, lamenta la académica.

Santamaría explica que, entre otros problemas, es visible la falta de autoreconocimiento de la población afro: “Les faltan recursos, los docentes no reciben capacitación y, en general, el tema de la cultura afrocolombiana es marginal en las aulas”.

Pero no hay que ir tan lejos, a las subregiones del departamento. En Medellín, los líderes afro advierten que están cansados de que el reconocimiento social se limite a encerrarlos en “guetos”, sin casi posibilidades de interacción y apertura con el resto de las comunidades.

Concluye Ángelo Mateo Sorrentino, escritor italiano: el reconocimiento social ocurre cuando pasa sin que lo notemos, sin necesidad de reglas ni imposiciones, sin pasacalles ni órdenes. Al parecer, todavía estamos muy lejos de esa condición.

[Alianza con El Mundo]