Una ola de críticas se sigue generando en el país por la presencia de cabecillas de estructuras delincuenciales en la tarima con el presidente Gustavo Petro, en el acto realizado el fin de semana en Medellín.
La llegada de estos hombres, los cabecillas de los grupos criminales que delinquen en el área metropolitana de Medellín, e incluso otras regiones del país, sigue generando rechazo y críticas, tanto en la ciudadanía como en diferentes líderes.
“Las tarimas no son un lugar propicio para los responsables de los crímenes; el lugar de los responsables es la sanción penal, el reconocimiento con las víctimas. Cuando se confunde esto, no hay paz que sea posible”, indicó Iris Marín Ortiz, defensora nacional del Pueblo.
Uno de los cabecillas señaló directamente al Concejo de Medellín. Desde allí, y a través de su presidente, rechazan este hostigamiento.
“Es una amenaza directa a la ciudad de Medellín, a su alcalde, al gobernador del departamento y a todos los dirigentes, como el Concejo distrital”, señaló Sebastián López, presidente del Concejo de Medellín.
Desde el Partido Liberal, su presidente César Gaviria, a través de un comunicado, dejó ver su rechazo por lo hecho por el presidente y hacer alusión a la Asamblea Nacional Constituyente.
Estas propuestas confirman que Petro tiene una concepción autoritaria del poder, cree que puede hacer lo que le venga en gana. Se concibe a sí mismo como el supremo, sin líderes que pueda respetar, por encima de las cortes y del Congreso.
Los gremios, como la ANDI, se sumaron a las críticas hablando del daño que este tipo de expresiones le pueden hacer a las instituciones, enviando señales equivocadas a la ciudadanía y debilitando el Estado social de derecho.
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