Bogotá, 18 feb (EFE).- El reelegido presidente de Ecuador, Rafael Correa, pidió hoy a todos los países del continente acompañar y apoyar el proceso de paz colombiano que se lleva a cabo en Cuba por tratarse de "la noticia más importante en América Latina de la última década".
"Todos los latinoamericanos debemos poner nuestro mayor acompañamiento en lo que sea pertinente para que este proceso de paz termine con total éxito y se acabe la violencia en Colombia", afirmó Correa en una entrevista con la emisora colombiana La FM Radio.
El mandatario ecuatoriano recibió casi el 57 % de los sufragios en los comicios de este domingo, según resultados preliminares del Consejo Nacional Electoral de Ecuador.
Asimismo, resaltó que el conflicto armado interno que persiste en Colombia desde hace casi medio siglo "ha afectado gravemente a Ecuador" y pidió aprovechar el "extraordinario momento" que viven ambos países para trabajar juntos.
"Nuestros pueblos no tienen más tiempo que perder. Lo importante es que ese momento se traduzca en políticas eficaces y eficientes para el bienestar de nuestros pueblos, sobre todo para la zona de frontera que ha sido tan sufrida por la violencia", explicó.
Asimismo, invitó al mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, a hacer "autocrítica" por la ausencia de Estado en las áreas fronterizas, lo que, a su juicio, ha permitido la impunidad de bandas criminales, narcotraficantes y guerrillas.
De su lado, Correa se comprometió a implementar programas de inversión y desarrollo en esas zonas, así como a aumentar la presencia militar que en el caso de Ecuador ya cuenta con "12.000 efectivos en la frontera".
"Nuestra frontera norte nos cuesta más de 120 millones (de dólares) anuales, en época de paz nos costaría la décima parte", apuntó Correa, al recordar que hay más de 50.000 refugiados colombianos al otro lado de la frontera, en Ecuador.
La atención a esos refugiados, matizó, le cuestan al Estado ecuatoriano, 60 millones de dólares.
El reelegido presidente también dijo que las tensiones quedaron atrás, en alusión al bombardeo colombiano sobre territorio ecuatoriano en 2008, durante el Gobierno de Álvaro Uribe, en el que perdieron la vida una veintena de personas entre ellas el exnúmero dos de las FARC, "Raúl Reyes".
A raíz de aquel ataque Correa rompió relaciones con Colombia, que se restablecieron en 2010, cuando Santos llegó al poder.
