La acción fue realizada por los residentes de los alrededores del Estadio Atanasio Girardot para cerrar la entrada del clásico a los violentos. Fue una protesta para exigir no más violencia en el fútbol.
Los convocantes al cordón humano dicen que continuarán las manifestaciones con la esperanza de que la violencia en el fútbol pase a ser solo un mal recuerdo.