Una campesina del corregimiento de San Cristóbal fue homenajeada por Corantioquia por dedicar gran parte de su vida al cultivo sano y al empoderamiento del rol de las campesinas.
Hace 20 años, el hijo de Nelly Bedoya se intoxicó con una fresa que contenía pesticidas; desde ese momento cambió su forma de cosechar y de alimentarse para asegurarse que los productos que llevaba a la mesa fueran garantes de buena salud.
Cada año Corantioquia entrega un reconocimiento a las personas que dedican su trabajo a la protección de los recursos naturales; Nelly fue la ganadora de la categoría “A toda una vida” por su trabajo en el corregimiento de San Cristóbal.
Fueron siete los líderes ambientales que, por su compromiso y su capacidad de transformación social, fueron reconocidos en la versión número 17 de “Distinción Vida”.
Nelly representa a cientos de mujeres campesinas que día a día se levantan, cuando incluso no ha salido el sol, para cultivar de manera consciente verduras, frutas y hortalizas para el consumo de todos los medellinenses.