La segunda parte de la audiencia pública de reconocimiento de la JEP se cumple hoy jueves, 29 de junio, en Medellín.
Primero fue el municipio de Dabeiba, Urabá antioqueño, en el cementerio han sido exhumados más de 40 cuerpos, 11 han sido entregados a sus familiares, fue allí dónde 17 exmilitares, ocho de ellos reconocidos como máximos responsables, admitieron haber participado en hechos de falso positivos.
Las condiciones que entre los años 2002 y 2006 vivía la ciudad de Medellín en temas de orden público, y la distancia entre la ciudad y el Urabá antioqueño, fueron dos de los aspectos que le facilitaron a los uniformados del Ejército, involucrados en falsos positivos, iniciar una especie de política militar para presentar unos supuestos resultados operacionales que realmente partían de montajes maquinados por ellos mismos dejando víctimas inocentes que nada tenían que ver con la guerra.
Además el entrenamiento que recibieron los uniformados para hacer diligencias de levantamiento de cadáveres les permitió realizar crímenes que no generaran sospecha. Sus víctimas quedaron sepultadas como NN en el Cementerio de las Mercedes en Dabeiba
Así lo aseguró William Andrés Carepa, sargento ( r) de Ejército "Llegar hasta el punto de declaraciones firmadas, aunque realmente eran personas inocentes"
Por su parte, Fidel Iván Ochoa, también sargento ( r) del Ejército confirmó dichas declaraciones “Nunca hicieron parte de un grupo al margen de la Ley, era personas buenas, honestas al igual que sus familias”
Así con cabeza fría y de manera directa, los ex militares, reiteraron que durante años estas víctimas fueron señaladas de haber muerto en combates cuando, sus familiares ni siquiera sabían de su paradero y cada día oraban por su pronto regreso.
Alejandro Ramelli - Magistrado de la JEP “Son audiencias restaurativas, únicas en Colombia en plano de igualdad, por que es la primera vez, que víctimas y comparecientes están frente a frente, algo nunca antes visto en la justicia de Colombia"
Fueron 4 años de investigación por parte de la Jurisdicción Especial para la Paz, para llegar a una verdad que ahora pretende abrir una puerta a la reparación.
De acuerdo con Jahson Taborda, abogado Forjando Futuros ahora y tras escuchar las declaraciones ahora lo que sigue está claro; "Ya pensar en lo jurídico e histórico, el Estado tiene un reto porque esto no fue hecho aislado se presentó en diferentes partes del país"
Esta segunda parte de audiencia de reconocimiento de la verdad, se realizó de manera conjunta entre la sala de definición de situaciones jurídicas y la Sala de reconocimiento de la Verdad, ya que estuvieron juntos tanto los ex militares que reconocieron su responsabilidad como los que no aceptaron.
Los hechos analizados y presentados durante esta audiencia de reconocimiento de la verdad, ocurrieron entre los años 2002 y 2006, todos ellos tuvieron patrones similares, es decir, lo que hacían era, identificar a las víctimas que eran personas con enfermedades mentales, desempleadas o habitantes de calle y precisamente fueron 17 personas en condición de calle que fueron reconocidos como víctimas de falsos positivos.
¿Y LAS VÍCTIMAS?
Las víctimas de estos falsos positivos, también han sido los familiares de algunos militares, así lo aseguran los familiares.
Jesús María Suárez, es un sargento retirado del Ejército, en el año 2005, tuvo que sepultar el cuerpo de su hijo, un joven de 24 años quien a la edad de 22 ingresó a la vida militar, lo hizo en el departamento de Casanare, lugar de donde era oriundo, un traslado a la Brigada 11 con sede en Medellín se convirtió para él, en una pesadilla.
“ A mi hijo lo involucraron en un asesinato, el mayor le dio la orden y le dijo que si no la cumplía, el mismo le buscaba a su papá y a su mamá y los mataba, sino le cumplía la orden, mi hijo le cumplió la orden" aseguró
Durante 9 meses cumplió órdenes de su superior tanto en Ituango como el Dabeiba y otros municipios del Urabá, cuando quiso renunciar a hacer parte de ese escuadrón de la muerte, todo empeoró, hasta que en marzo del 2005 murió de manera violenta .
Jesús María, asegura que estas reuniones con la JEP le han permitido obtener herramientas para reclamar una verdad y una justicia por la muerte de su hijo, quien llegó a las fuerzas militares con sueños que se frustraron y que nunca pudo cumplir.
Por su parte, aseguró el magistrado Alejandro Ramelli que el pasado martes se enfrentaron a una dura realidad que llenó de angustia a los asistentes pues se trataba de escuchar de la propia voz de los victimarios lo que ocurrió con sus familiares, ahora se debe mirar al futuro y la manera cómo es posible reparar a las víctimas a sus entornos, además advirtió que la búsqueda de la verdad no debe parar.
La JEP sesionó de manera conjunta en Medellín
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