Madrid, 13 feb (EFE).- Los daños en neuronas granulares asociados al Alzhéimer son reversibles, según un estudio de varios centros españoles que pone de manifiesto que con ejercicio físico, estimulación cognitiva e interacción social se revierten los daños.
Los resultados de este estudio, realizado en ratones con la enfermedad, se publican en la revista Molecular Psychiatry.
Aunque se desconoce si es una causa o una consecuencia de la enfermedad de Alzheimer, esta dolencia está asociada, entre otros factores, a la alteración de las neuronas granulares del hipocampo, relacionadas con la adquisición de nuevas memorias.
Este trabajo describe que la aplicación del protocolo conocido como enriquecimiento ambiental (combinación de ejercicio físico, estimulación cognitiva e interacción social) puede devolver a estas neuronas su estructura original, informó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC) en un comunicado.
Los resultados se han obtenido gracias al análisis de ratones transgénicos usados como modelo de la enfermedad de Alzheimer y que sobreexpresan la proteína GSK3.
Los ratones transgénicos que fueron enjaulados en cajas de mayor tamaño, con norias de ejercicio y otros objetos, y en grupos de mayor tamaño, recuperaron la estructura y conectividad de sus neuronas granulares tras ser sometidos a dichos estímulos.
Del mismo modo, la normalización de los niveles de actividad de la proteína GSK3, cuya sobreexpresión emula los efectos de la enfermedad, logró los mismos resultados.
Para María Llorens-Martín, del Centro de Biología Molecular (centro mixto del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid), este hecho "demuestra la reversibilidad de las alteraciones celulares asociadas a la enfermedad de Alzheimer en estas neuronas".
El investigador Jesús Ávila ha detallado que "tanto la normalización de los niveles de actividad de GSK3 como la aplicación del protocolo de enriquecimiento ambiental devuelven a las neuronas granulares su configuración original".
Además del CSIC, han participado investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas, la Universidad de Barcelona, el Laboratorio Cajal de Circuitos Corticales (centro mixto del CSIC y la Universidad Politécnica de Madrid) y la Fundación CIEN.