Benjamin Schreiber, condenado a cadena perpetua, pidió su libertad, pues según señaló “ya había muerto”, según reportó la agencia AP.
Schreiber fue declarado culpable y condenado en 1997 a cadena perpetua por el asesinato de un conocido, y fue recluido en una prisión de Iowa, Estados Unidos.
Sin embargo, en 2015, su estado de salud se complicó debido a que desarrolló cálculos renales, lo cual le provocó una intoxicación.
Esta situación lo llevó a desmallarse en su celda y posteriormente a ser trasladado a un hospital, donde murió por algunos minutos, pero fue reanimado por el personal médico de manera cardiopulmonar en cinco veces, pese a la indicación de no hacerlo, según los registros judiciales.
Y fue precisamente, este acontecimiento, el que llevó Schreiber a presentar una solicitud de reparación posterior a la condena en 2018, donde argumentó que su corazón se detuvo en 2015, por lo que técnicamente murió y cumplió su pena en prisión de por vida.
Aunque parezca absurdo, la petición fue evaluada por el Tribunal de Apelaciones de Iowa, donde Schreiber se sostuvo en que su sentencia fue dictada sin libertad condicional, “pero no a cadena perpetua más un día”.
Pese a esto, la demanda fue rechazada un año después por ser considerada “poco conveniente y sin fundamento”, a lo que el condenado apeló, sin embargo, el tribunal explicó el motivo del rechazo a la solicitud:
“O sigue vivo, en cuyo caso debe permanecer en prisión, o está realmente muerto, en cuyo caso esta apelación es discutible”.
Schreiber continúa cumpliendo su condena y pasará el resto de su vida en prisión al no lograr convencer a la justicia.
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