Un comedor comunitario se ha convertido en el alivio de decenas de familias en la Comuna 13 de Medellín, que por la pandemia se vieron afectados y muchas veces no cuentan con un alimento en sus hogares.
Si la cuarentena es difícil aún teniendo lo necesario para vivir, para quienes no cuentan con un empleo formal y no saben qué darle de comer a sus hijos al día siguiente como le pasa a Yusneidy, la realidad es mucho más compleja.
Por fortuna, Yusneidy Gallardo tiene un ángel, al igual que otras familias de la Comuna 13 que llegan a diario a este comedor comunitario administrado por Yenny Martínez, una vecina del sector que acude a la solidaridad de otras personas para abastecer la alacena y así poder cumplir su objetivo, que es calmar el hambre de los más pequeños durante la pandemia.
Una misión que sería imposible sin la colaboración de sus dos hijos y sus mejores amigos, quienes además se encargan de que en el interior del lugar se cumplan todos los protocolos de bioseguridad.