Quienes han experimentado un despecho saben lo que difícil que es afrontar esta situación y lograr salir de ahí, es el caso de Gustavo Oliveros, un colombiano que, tras terminar con su expareja, tomó la decisión de ir a Ucrania y ser parte del Ejército de ese país en la lucha contra Rusia.
‘Cartelito’, como lo apodaron sus compañeros, pasó de estar profundamente enamorado, a sufrir un profundo despecho y vestirse con camuflado y fusil en sus hombros.
“Con mi expareja teníamos proyectos de viajar a Polonia, que es ahí cuando descubro que ella me está siendo infiel no con uno, sino con varios hombres. Yo le presté plata y le pedí que me devolviera todo. Viaje a Polonia solo, pero no soportaba lo que estaba pasando y por eso decido entrar a Legión Internacional de Defensa Territorial de Ucrania”, contó durante una entrevista sobre cómo tomó la decisión.
Oliveros añadió:
“El día de mi cumpleaños tuvimos una discusión y salí a buscarla para hablar con ella, cuando llegué, la vi con otro muchacho dándose un beso. Cuando viví el primer bombardeo, siempre recordaba esa escena; estoy aquí por culpa de ella y pensaba que, si muero, me voy tranquilo porque estoy en el Ejército”.
Un colombiano se fue a la guerra de Ucrania por despecho
Oliveros se refirió también al cómo es vivir en carne propia un conflicto bélico de tal envergadura, en donde calificó la experiencia de difícil.
“La experiencia fue difícil porque el primer contacto que tengo con los rusos es un fuego de artillería muy nutrido, el ataque iba directo a nuestra casa, pero alcanzamos a correr al bunker. Fueron 24 bombas, pero entre cada una había 15 segundos que teníamos para pensar qué hacer”, dijo el hombre que vivió su despecho.
Así mismo, hizo el paralelo con el conflicto armado colombiano, en donde dejó entre ver que son diferentes.
“Yo pensé que de pronto iba a ser una guerra similar a la de Colombia, pero es totalmente diferente”, expresó.
El hombre asegura que ya superó su despecho y que seguirá su vida en otro país con su mascota:
“Voy a empezar desde cero en España y ahora no tengo nada con nadie; tengo mi mente en otras cosas: trabajo, ejercicio y mi mascota”.