Cada vez más las mascotas toman importancia en su relación con los seres humanos, su apoyo emocional y los lazos que se generan entre perros y gatos con las personas hacen que estos seres sean amados y tratados como otro integrante más de la familia.
Por eso, es celebrado el fallo histórico del Tribunal Superior de Bogotá, quien en medio de un conflicto legal decidió, el pasado jueves, 12 de octubre, considerar a una perra como miembro de una familia.
La protagonista de esta historia se llama Simona, la mascota de una pareja que decidió separarse en enero de 2021. Al parecer, de acuerdo al demandante, la mujer con la que había compartido un lazo afectivo no le dejaba ver a la perra.
Debido a esto, el hombre realizó la respectiva demanda, esto con el fin de que la justicia regulara las visitas, pues alegaba que tenía derecho a seguir con el vínculo establecido con Simona.
El proceso legal comenzó el 28 de octubre del 2022 y llegó al Juzgado Tercero de Familia de Bogotá, entidad que determinó el 6 de diciembre que no era competente para asumir el caso y que eran los jueces civiles del circuito quienes debían resolver este conflicto.
Sin embargo, el Juzgado 27 Civil del Circuito de Bogotá indicó el 12 de junio de este año que dicho conflicto le correspondía al juzgado de familia, por lo que empezaron a tirarse la pelota para ver quién resolvía el caso.
Ante esta situación, el Tribunal Superior de Bogotá intervino como instancia superior, quien basaron su decisión bajo el argumento de familia multiespecie.
"Los animales dejaron de ser considerados cosas, pero no perdieron su estatus de propiedad dentro del ordenamiento jurídico. Ahora son también identificados como seres sintientes respecto de quienes existen deberes de protección especial" indicó el Alto Tribunal.
Debido a esta decisión, quien debe regular las visitas a Simona es un juzgado de familia, el cual deberá resolver este conflicto basado en la custodia de menores de edad, pues aún no hay una normativa que regule a las familias multiespecie en Colombia.