La Selección de Colombia se puede definir como un tema de interés nacional y por lo que cualquiera que desee puede hablar de ella con respeto y argumentos, ya que el fútbol nunca dejará de generar sentimientos encontrados, especialmente cuando tiene en juego un tiquete para el Mundial de mayores de 2026 que se realizará en Estados Unidos, Canadá y México.
Independiente de que en las seis participaciones al máximo torneo del balompié de hombres el combinado patrio ha clasificado sólo con entrenadores colombianos o argentinos (en Chile-62 el responsable fue Adolfo Pedernera, en Italia-90 y USA-94 fue Francisco Maturana, en Francia-98 Hernán Bolillo Gómez, en Brasil-2014 y Rusia-2018 el técnico fue José Pekerman) el proceso hacia 2026 debe tener ajustes si se desea alcanzar el objetivo trazado: regresar al Mundial luego de la ausencia en Catar-2022.
El arranque de la actual Eliminatoria Suramericana aparece como la segunda mejor de las últimas cuatro para la Selección, ya que se registran seis puntos de los 12 disputados (para el 2014 el acumulado fue de siete unidades luego de cuatro partidos), el equipo está invicto y sólo ha recibido tres goles en el cuarteto de compromisos disputados, lo que le da para tener la mejor defensa en torneos premundialistas de los últimos 16 años.
Pese a esos buenos registros con el orientador Néstor Lorenzo, quien todavía no conoce la derrota con Colombia luego de 12 encuentros, incluyendo amistosos y juegos oficiales, la Selección aún no muestra una idea de juego clara y eso genera algo de preocupación con miras al doblete que se viene en noviembre ante Brasil y Paraguay.
Razón tiene el técnico y hoy comentarista deportivo Juan José Peláez cuando dice que “Colombia tiene cosas buenas y por mejorar, básicamente es tratar de definir la idea que se va a implementar, creer en ella, reforzarla y respetarla”.
Si esa observación de Peláez se pone en práctica en los próximos encuentros Colombia no sólo se reencontrará con la victoria, ya que en los pasados dos juegos apenas anotó dos goles en el 2-2 de local con Uruguay (el otro fue 0-0 ante Ecuador en Quito), sino que también podrá enrutarse hacia los puestos de privilegio y aprovechar al máximo el potencial de la nueva generación que tanto resalta el entrenador Nixon Perea y que se está abriendo espacio como Carlos Cuesta, John Arias, Kevin Castaño, Richard Ríos y Jáder Durán.
Juan José Peláez destaca que “la idea que mostró el grupo ante Alemania en los amistosos y frente a Venezuela le agradó mucho a la gente, porque Colombia lució un fútbol agresivo, vertical y ambicioso”.
Sin embargo, también invita a la reflexión, porque luego de la victoria 1-0 ante los patriotas (la única en esta Eliminatoria) en los otros tres compromisos el fútbol de la tricolor nacional varió mucho, debido a que “el equipo se ha dedicado más a jugar al pie, a llevar la pelota, a hacer mucho manejo de balón y un fútbol más seguro, pero menos sorpresivo y cuando se juega lento se sacrifica mucho a Luis Díaz y el juego se hace más previsible”.
No se puede desconocer que Colombia tiene virtudes en todas sus líneas, pero debe saber aplicarlas si quiere volver al triunfo en la Eliminatoria, ya que ahí es donde Colombia tiene que definirse por una idea que le genere efectividad cuando ataque y solidez en el momento que le corresponda defenderse.
El balance es positivo con la renovación
Colombia aún no pierde en el camino hacia la próxima Copa Mundo, a diferencia de las pasadas tres eliminatorias en las que mínimo sumó una caída en las cuatro salidas iniciales, pero ajustar tres empates en línea pone a más de uno a dudar de la claridad en el proceso y para ello es que requiere con urgencia consolidar su idea y estilo de juego.
Lo anterior no significa que las cosas se están haciendo mal, sólo que se pueden hacer mejor para consolidar el proceso de la renovación que es evidente, pero que también requiere de los hombres de experiencia para que el equipo se mantenga entre los primeros siete que pueden soñar con el próximo Mundial.
Es cierto que ante Venezuela, Chile, Uruguay y Ecuador la Selección “mostró una gran renovación y apreciamos muchos jóvenes que triunfan en el fútbol internacional, que no habíamos visto mucho en el país y que entraron muy bien el circuito de juego que maneja el profe Lorenzo, caso de John Arias”, como lo resaltó Nixon Perea, entrenador de las reservas del Alianza Lima de Perú.
Según Nixon el “balance hasta ahora es positivo, porque se ha sumado en todas las salidas”, sin embargo, Colombia aún debe afinar muchas cosas en la Eliminatoria si quiere soñar con su séptima presencia en el máximo evento del fútbol y para ello debe poner en práctica lo que tanto ha resaltado Juan José Peláez: definir su idea de juego.
Si lo hace a tiempo seguramente se acomodará mejor en la tabla de posiciones (por ahora Colombia marcha quinta con 6 puntos), potencializará al máximo la experiencia de los Camilo Vargas, Mateus Uribe, James Rodríguez y Rafael Santos Borré, mejorará su capacidad goleadora (apenas ha convertido en tres ocasiones en cuatro juegos) e ilusionará a la afición con más fútbol a la hora de ganar en casa, sumar por fuera y enfrentar con fútbol y argumentos a los más encopetados de la región, Brasil y Argentina, para estar siempre en la línea de clasificación.
Llegar a la quinta fecha invictos, con 6 puntos de 12 disputados, apenas dos goles en contra y un rendimiento del 50 por ciento (en casa es del 67% y de visitante del 33%) ilusiona para seguir en la búsqueda de la meta de ir al Mundial de Estados Unidos, Canadá y México, pero Colombia no se puede conformar, debe mostrar algo mejor y ratificar que tiene ambición y talento para que la hinchada le crea, no reine la incertidumbre de otras épocas y el ambiente sea positivo y el indicado para volver al Mundial.