Se cerró la puerta de la Capilla Sixtina, lugar sagrado, sublime y majestuoso, testimonio vivo del diálogo entre el hombre y lo divino, espacio digno del profundo respeto, recogimiento y confidencialidad que requieren cada uno de los 133 cardenales para la elección del sucesor número 267 de San Pedro.
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Cada una de las 133 sillas organizadas en cuatro hileras recibieron a los representantes de la Iglesia católica, quienes ingresaron en dos hileras en medio de cánticos y alabanzas para realizar el juramento. capilla
“Más adelante vienen las deliberaciones y las votaciones que están también impregnadas de un sabor muy bonito, la papeleta para elegir no es un tarjetón como mucha gente podría imaginarse”, indicó el presbítero Diego Castrillón, docente de teología de la UPB.
Una vez cerradas las puertas del solemne lugar y de haberse pronunciado “extra omnes” es decir “todos fuera”, sin celulares, ni sensores, ni alguna comunicación con el exterior; los cardenales tendrán la responsabilidad de elegir quién encabezará la Iglesia católica, pero no solo ello, también de enfrentar los conflictos a nivel del planeta y ser la voz de aquellos que no tienen voz, tiempos complejos. ¿Seguirá el próximo papa el legado de Francisco? o por el contrario ¿llegará a la iglesia un representante ortodoxo y tradicional? son algunas de las preguntas. capilla
“Hace un consenso que implica no lo que se ha discutido en los anteriores sino alguien que dé confianza al final y que pueda representar al menos si los candidatos más opcionados no son los que triunfan, entonces una tercera opción siempre es en lógica humana lo que representa mayor credibilidad, confiabilidad”, señaló Pedro Jurado, coordinador del programa de Ciencia Política en la Universidad de Medellín. capilla
La liturgia del cónclave representa el corazón y el misterio de la fe. Todo está listo y dispuesto para que el espíritu santo guíe una vez más la elección del sucesor de Pedro.
