Más de 900 afectados están en los albergues entre carpas y colchonetas, tras la avalancha que cobró la vida, hasta ahora, de 13 personas y dejó 11 desaparecidos.
Adriana Acosta salió de su casa con sus cuatro hijos y su pareja, cuando sintió de cerca la avalancha.
"Cuando venía la primera avalancha, la gente gritaba. Salimos, que estaba ocurriendo un deslizamiento, entonces de ahí todos nos pusimos alerta y salimos corriendo a salvar nuestras vidas", relató Adriana Acosta, afectada por la emergencia.
Ella, conocida como ‘La Coste’, está alojada con su familia en el coliseo del Colegio Fe y Alegría de Granizal en Bello, como otras 971 personas que están en los tres albergues tras la tragedia, que deja 13 fallecidos, nueve heridos y 11 desaparecidos.
Duermen en carpas con cobijas y colchonetas que les proporcionó la Alcaldía, pues no pudieron sacar nada más mientras corrían para salvar sus vidas.
"Usted sabe cómo se siente uno todo triste, porque es todo lo de su trabajo y todo lo que uno ha conseguido", agregó.
En los albergues están mascotas, adultos mayores, bebés de brazos y niños damnificados por la emergencia. También hay fogones y otros elementos que algunos llevaron para sobrevivir.
"Yo salí así, empaqué algunas cositas, lo que pude, y me vine con los niños y mi esposa. Fue por la seguridad de mis niños y mi señora", contó Cruz Urrutia Zúñiga, afectado por la emergencia.
Las ayudas humanitarias pueden ser donadas en la sede de la Defensa Civil, ubicada en el barrio Salento de Bello, y en el Centro Vida del Adulto Mayor.
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