La condena a cadena perpetua contra Stefan Andrés Correa, abusador sexual de niñas en Medellín, marca un precedente ejemplar en la lucha internacional contra la explotación infantil.
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Este ciudadano estadounidense y ecuatoriano de 43 años, fue sentenciado por una corte federal del estado de Miami, gracias a una investigación conjunta entre autoridades de Colombia y Estados Unidos. Sus crímenes, cometidos principalmente en la capital antioqueña, dejaron más de 25 menores de edad como víctimas de una red de abuso y proxenetismo.
“Abusador serial de menores con doble nacionalidad, ecuatoriano, estadounidense, tras una operación impecable y una lucha decidida contra la explotación infantil, fue capturado en el aeropuerto de Miami cuando intentaba regresar a Medellín para reencontrarse con niñas entre los 9 y los 12 años”, indicó el alcalde Federico Gutiérrez.
El caso de Correa revela la magnitud de la red criminal que operaba entre Medellín y Miami. Según la Policía Metropolitana, el agresor tenía más de 50 víctimas entre los 9 y los 17 años.
“En su poder se encontraron nueve celulares, con más de 50 videos y 100 fotografías de abuso sexual infantil”, agregó el mandatario.
Esta condena ratifica la lucha de la ciudad como destino de turismo sexual infantil. Desde la administración distrital se reitera que no habrá espacio para la impunidad ni para la complicidad.
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“Este depredador sexual enfrentará una larga pena en prisión, en su país, por delitos cometidos en Medellín, en Colombia. Esta sentencia es el resultado de la operación cazador, un ejemplo de lo que se puede lograr con inteligencia, cooperación internacional y sobre todo decisión de combatir este delito”, manifestó Gutiérrez.
La articulación con Estados Unidos fue clave para lograr esta condena histórica a cadena perpetua. Las agencias de ambos países, junto a organismos de inteligencia, trabajaron de forma paralela para judicializar a correa en territorio norteamericano y a sus cómplices en Colombia.
