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Buscan cabos sueltos

Nuevos interrogantes surgieron ayer alrededor de los autores del secuestro de Nohora Valentina Muñoz Gutiérrez, hija de Jorge Enrique Muñoz, alcalde de Fortul (Arauca).

Inicialmente, el procurador Alejandro Ordóñez se pronunció y dijo que hay muchas dudas sobre el caso y confió en que las autoridades hagan claridad ante la ciudadanía.

“Yo espero y aspiro que los organismo de inteligencia le den la información exacta a la sociedad y al gobierno de lo que aconteció”, manifestó el jefe del Ministerio Público.

Añadió que “si existen eventuales responsabilidades y vínculos de funcionarios públicos en la ejecución de tan macabra conducta, estaremos pendientes para investigar, y dar claridad y, si no son funcionarios públicos, que la justicia penal y la Fiscalía logren investigar y dar a la sociedad la claridad que ese hecho requiere”.

Preguntado sobre si tenía confirmación sobre vínculos de funcionarios públicos al secuestro, Ordóñez anotó que: “no tenemos información puntual, estamos simplemente a la espera de conocer la información de la autoridad”.

Sin embargo, en Risaralda surgía otra especie alrededor de los pormenores sobre el retorno de la niña de 10 años, al seno de su hogar.

Según el personero de Pereira, Juan Carlos Vélez, a través de un individuo que llegó de Saravena (Arauca), en las dos últimas semanas se adelantó la negociación para definir la liberación de la menor.

El funcionario pereirano aseguró que para esa negociación hubo contactos con el obispo de Pereira, monseñor Rigoberto Corredor; el gobernador de Risaralda, Víctor Tamayo; el defensor regional del Pueblo, Carlos Leal y el consejero de Paz seccional, sacerdote Gustavo Valencia.

Según el personero de Pereira, “efectivamente se trató de un secuestro que podría estar relacionado con amenazas al alcalde de Fortul”, es decir, el progenitor de Nohora Valentina.

[Alianza con El Mundo]