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La tradicional Noche Silletera se compone de varios matices que hacen de la previa al gran Desfile de Silleteros una experiencia única en todas las casa silleteras, la preparación, las flores, el rito, la comida, la pinta, son algunos de los elementos que nuestros silleteros siguen paso a paso antes de salir con sus obras de arte hechas de flores.
Blanca Rosa Rámirez es la esposa de José Ángel Gil, en la finca El Pensamiento de la Vereda el Rosario, llevan 36 años de casados y más que su compañera, es la tuerca principal del engranaje para mover su corazón silletero.
Ella recuerda con nostalgia cómo eran los amaneceres silleteros antes de la pandemia. En este año atípico para todos, viven la noche silletera de una manera diferente, sin turistas en su finca, sin nadie que pueda visitar su museo de hazañas silleteras, sin nadie a quién atender en su casa que repite es de todos, pero agradeciendo a Dios que este año al menos se puede realizar el tradicional Desfile de Silleteros.
La noche previa al gran festín, en el que se pone a prueba toda la siembra de flores para mostrarlas en las calles, es importante como toda buena preparadora física de un gladiador, ayudar en todos los aspectos a su esposo José Ángel, pues es el primero en estar en pie alistando su silleta y el último en pegar hasta el más pequeño manojo de flores.
Una tradición que se espera vuelva a florecer el próximo año, donde se pueda recibir con tanto entusiasmo al extranjero y crear más sentido de pertenencia con el local, una versión en donde el tapaboca no nos limite ver la sonrisa a través de su mirada del silletero y de nuestra parte no opaque nuestro grito de júbilo al pasar por nuestras calles.
