La guerra entre Rusia y Ucrania parece no tener un fin cercano y la población civil sigue siendo la más damnificada, donde a muchos les ha tocado irse de sus pueblos natales por los fuertes combates.
Y en un último ataque ruso a una ciudad ubicada al sur de Ucrania, dejó un saldo de siete muertos entre los que se encuentra un bebé de 23 días de nacido y un niño de 12 años, así lo informó ministro del Interior ucraniano Igor Klimenko.
Además, confirmó que este atroz ataque a la ciudad de Jersón, dejó a 20 personas heridas y daños a la localidad de Stanislav.
Desde el inicio de esta guerra, aproximadamente 62,295 personas han perdido la vida y más de 17 millones se han tenido que desplazar de su territorio.