A muchas personas les gusta tomar duchas largas con agua caliente, sobre todo como una forma de descansar luego de una ardua jornada.
En las ciudades de climas fríos estas duchas se han convertido en una solución y un confort para poder iniciar las rutinas en la mañana.
Si bien las duchas de agua caliente son una solución maravillosa y un placer para muchos, expertos aseguran que los baños extensos pueden ser peligrosos.
El agua, si está a muy altas temperaturas, destruye la barrera cutánea que protege la piel de agentes infecciosos o irritantes por lo que la aparición de hongos y bacterias podría aparecer.
La alta temperatura tampoco es benéfica para el cabello, pues genera mayor resequedad y rupturas en la queratina.
Por estas razones es que algunos expertos hacen la alerta sobre las altas temperaturas en las duchas y motivan a la búsqueda del equilibrio en la temperatura del agua.