A mayo de este año ya van 1.200 personas acudieron al 123 para pedir apoyo por posibles casos de suicidio, una cifra que ya se acerca a los 1.800 casos que se reportaron durante todo 2019. De acuerdo con profesionales de la salud, el aumento en los llamados pone en evidencia un fenómeno suicida represado, que requiere de mayor atención en este tiempo.
Juan Pablo tenía 28 años, era el hijo único de Vilma y el papá de María José. Contaba los días para contraer matrimonio con la mujer con la que compartió 13 años de su vida. Un sueño que se paralizó cuando llegó la pandemia del COVID-19 y que fue sepultado el 24 de mayo, día en el que inesperadamente decidió quitarse la vida.
Según su madre fue un golpe tan impredecible como las razones que llevaron a su hijo a dejar el mundo, pero que desde su intuición, pudo ser producto del agobio generado por aquella crisis que hoy azota al mundo.
Y como Vilma, cerca de mil familias en Colombia han sentido este año el devastador choque del suicidio. Un flajelo que incluso para los expertos tiene razones imprecisas.
Juan Pablo no manifestó síntomas que alertaran sobre su deseo de acabar con su vida. Sin embargo, hay quienes pueden detectarlos a tiempo para evitar tragedias similares.
En los primeros 5 meses de este año, 1.200 personas pidieron ayuda al 123 por casos suicidas, cifra que en solo unos meses ya se acerca a las 1.800 llamadas realizadas en todo el año 2019 por el mismo motivo. Infortunadamente, en medio de la pandemia, Vilma no alcanzó a hacer una de esas llamadas.