Con el aumento de la fuerza pública se busca preservar la seguridad en los alrededores de los establecimientos comerciales dedicados al entretenimiento nocturno.
Por su parte los empresarios de este sector manifiestan que su preocupación incrementa debido a las pocas posibilidades de reabrir. Diariamente están cerrando definitivamente entre tres y seis locales; a la fecha han sido entregados 250 locales en el Valle de Aburrá.
Los vecinos de zonas dedicadas a la gastronomía y a la rumba lamentan las dificultades que atraviesan los empresarios, sin embargo, sienten un alivio debido a las dificultades de movilidad que eran comunes.
