El atardecer del martes 25 de abril en Medellín sorprendió a todos los paisas con un espectáculo de colores. El cielo se convirtió en el objeto de fotografías que inundaron las redes sociales con los naranjas y amarillos que pintaron las nubes.
Esta semana ya son varios los atardeceres coloridos que han recibido la noche de la capital antioqueña y esto tiene una explicación.
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La luz solar viaja desde esta estrella gigante hasta la tierra y debe atravesar la atmósfera, pero en las mañanas y tardes puesto que los rayos no atraviesan la atmósfera de frente sino de costado esta se hace más densa.
Sumado a esto, a esta hora del día hay mayor presencia de nubes y material particulado, que hace que no todos los colores de la luz lleguen a nuestros ojos.
Es importante recordar que la luz está compuesta por todo el espectro de colores del arcoíris y que a medida que esta atraviesa estas capas de partículas, muchos de esos colores van quedando atrapados mientras que otros continúan su trayectoria.
Lo más usual y en el caso del atardecer de ayer, es que sean los azules y violetas los colores que se pierden, mientras los amarillos, rojos y naranjas pasan y ofrecen esas tonalidades.
La particularidad que hemos vivido en el Valle de Aburrá se debe a unos grados específicos de nubosidad y otras partículas presentes en el cielo que hacen que estos tonos se intensifiquen.
Dato curioso sobre el atardecer rojo
Los atardeceres muy rojos, suceden cuando hay partículas con ciertos grados de contaminación en el aire, como cenizas a raíz de incendios, arena del desierto luego de una tormenta o azufre a raíz de una erupción volcánica.
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