John Jairo Uribe Isaza, hijo de un militar del batallón Atanasio Girardot, creció en una de las primeras familias de Villa Hermosa, de esas que con sus propias manos levantaron sus hogares.
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“Como mi papá estaba pagando servicio militar allá y conocía los terrenos acá, él optó por hacer la casa ahí, ahí nacimos, ahí crecimos y ahí nos estamos muriendo todos”, dice John.
En aquellos tiempos, se construía la habitación para cada hijo que iba naciendo, ellos eran siete.
“Por aquí esto eran mangas, era como decimos vulgarmente ahorita una invasión, pero cuando eso no molestaban y este es el tamaño de la casa: grande. Cada que nacía un hijo mi papá hacía una pieza”, recuerda.
Don John recuerda con cariño que desde niño aprovechaba para recorrer los cerros que rodean el barrio y perderse todo el día en la inmensidad de sus montañas.
Sus 74 años los ha vivido en Villa hermosa y es historia viva del barrio en el que quiere permanecer hasta el último aliento de su vida.
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