Luego de hacer un recorrido de 18 kilómetros en ascenso, partiendo desde la vereda El Chuscal, en Urrao - lo que representó unas 13 horas de caminata - llegamos al Páramo del Sol.
"La caminada fue lo más horrible porque casi no subimos con esos viajes. Fue con la maleta desde abajo, casi que no subimos. Pero, bueno, valió la pena" manifestó Gladis Moreno, Habitante de Betulia, quien visitó el Páramo junto a su familia el fin de semana del 2 de julio de 2022.
Un lugar que, además de mágico por sus paisajes y atardeceres, es fuente de vida, pues no solo es la casa del oso de anteojos y otras especies, sino que también nace el agua de la que muchos de nosotros nos abastecemos.
"¿Qué siento yo acá?. De todo; escalofríos, me da emoción. Entre más veces uno sube, más se enamora de la montaña. Pa saber que esos frailejones son tan diminutos en este lugar tan grande, y son tan potentes. Son los que ven por uno, porque son los que le dan la vida a uno" dijo Camilo Herrera, Técnico en ecoturismo y guianza del Páramo del Sol.
Sin embargo, este paraíso que se ha convertido en el amor de la vida de Camilo, hoy sufre como consecuencia de la mano del ser humano.
"La gente es demasiado inconsciente. La gente trae sus zapatos y como se les dañan acá, entonces los dejan por ahí... o traen su platico, su tenedor y cuchara, y como ya no le ven función a eso, entonces dicen "yo qué voy a bajar eso". NO, todo lo que sube con nosotros hay que bajarlo. Hasta más cosas" agregó Camilo Herrera.
Y es que además del daño a los frailejones, hay quienes no entienden que este no es espacio para arrojar basuras.
"Hay que partir de que el Páramo debe tener unos cuidados máximos en cuanto a la infraestructura, en cuanto al control y además de esto, al sentido de pertenencia" manifestó Danny Quiceno, Líder de la Mesa Ambiental de Urrao.
Solo en Colombia hay 34 páramos, de los cuales seis están ubicados en nuestro departamento, siendo el Páramo del Sol el más alto, de ahí a que sea conocido como el balcón de Antioquia.