Medellín amaneció este domingo vestida de flores y orgullo. El Desfile de Silleteros, uno de los eventos más esperados de la Feria de las Flores, volvió a llenar las calles de color, música y alegría. Desde muy temprano, familias enteras se ubicaron a lo largo de la ruta para aplaudir el paso de quienes llevan sobre sus espaldas más de un siglo de historia campesina.
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La lluvia, que intentó hacer su propia presentación, no detuvo el entusiasmo. En medio de una tarde de esas de Medellín entre sol y agua, la gente permaneció firme, sonriente y vibrante, demostrando que el amor por esta tradición está por encima de cualquier clima, alentando a los silleteros.
Los silleteros, por su parte, avanzaban con paso firme, orgullosos de portar en cada arreglo floral un mensaje de identidad, esperanza y gratitud.
Cada paso de los silleteros fue un homenaje a generaciones que han hecho de esta costumbre un símbolo de Medellín ante el mundo.
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Este año, el desfile se vivió con una energía especial. Las sonrisas de los campesinos de Santa Elena se mezclaban con los vítores del público, que coreaba y aplaudía cada silleta. La ciudad se convirtió en un verídico jardín andante.
