20 años después y aunque parezca una película, a una mujer de 51 años de edad, 37 de ellos, viviendo en el mismo sector donde en diciembre de 1993 fue abatido Pablo Escobar, dos hombres con uniformes de una empresa de telecomunicaciones, la amarraron y encerraron en el baño de su casa, al parecer, en la búsqueda de una caleta del extinto capo.