Margarita llegó a engalanar la comuna 13 de Medellín con su arte. La delicadeza de su técnica, los colores y el amor que transmite en cada una de sus obras, es la muestra de su profesionalismo. Pero no siempre fue así, pues de ser tecnóloga en delineante en arquitectura e ingeniería, pasó a vender llaveros en Transmilenio para poder sobrevivir.
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“Realizaba llaveros y los vendía o los regalaba prácticamente a $2.000 para poder alimentarme y pagar un hospedaje diario”, contó Margarita Lucía Múnera, artista plástica.
De Bogotá viajó a Boyacá y hasta a los Llanos Orientales, buscando como muchos artistas en el país, un espacio para poder mostrar su trabajo.
“Entré en ciclos depresivos terribles donde no dormía, tenía insomnio, estrés, ansiedad, muy bajo peso; básicamente no tenía como alimentarme de manera digna”, manifestó.
Fueron siete años en los que ella asegura que tocó fondo al no tener mayores oportunidades para mostrar su talento. Hoy, a sus 52 años, y gracias a la solidaridad que no ha faltado en su vida, tiene un espacio donde exhibir sus cuadros en la comuna 13.
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“Es una satisfacción enorme ver llegar a un turista que se pueda llevar una obra de Margarita Múnera para su casa, para otro país, eso es sentirse vivo”, agregó.
Además de ponerle color a sus lienzos, Margarita pintó su vida de optimismo, confianza y valor. Vive de y para su arte.
“Ojalá no nos corten las alas, nos dejen crear, existir, crear, renacer y ayudar a sentir cosas gratas a otros seres”, expresó.
