Entre lágrimas, asombro y sonrisas, la Arquidiócesis de Medellín celebró el resultado del nombramiento del nuevo papa, destacando que su reto y su labor va más allá de liderar la religión. La unidad es la palabra que encierra, según el vicario general de la arquidiócesis, su misión actual en la tierra.
Con mucha alegría recibieron en la Arquidiócesis de Medellín la noticia más esperada por millones de feligreses en el mundo: la elección del nuevo papa, que eligió llevar el nombre de León XIV.
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Minutos antes, fueron momentos de profunda reflexión y recogimiento y en medio de oraciones y bendiciones recibieron al nuevo máximo representante de la Iglesia católica.
“Ha sido un momento de mucha alegría, un momento muy esperado. Desde la muerte del papa Francisco, era un momento en que la iglesia sabía que sigue, que tenemos necesidades y había que esperar el nuevo sucesor de Pedro. No deja siempre el Espíritu Santo de sorprendernos”, comentó padre Óscar Álvarez, vicario general de la Arquidiócesis de Medellín.
La unidad es la palabra que representa el mayor reto para León XIV, según la Arquidiócesis de Medellín.
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“Es, ante todo, un momento de alegría y un momento de esperanza para la iglesia porque la figura de un nuevo sucesor de Pedro es siempre una muestra de que debemos estar unidos”, añadió Álvarez.
Los fieles están a la espera de conocer cuál será el itinerario del nuevo papa desde mañana.
