Un empleado de servicios de aseos generales de una Universidad en Nueva York cometió un accidente que costó 20 años de una investigación.
El trabajador desconectó la máquina por un sonido que este emitía, lo que él no se imaginó es que dicha acción le costaría a la empresa, para la que trabajaba, más de un millón de dólares.
Los hechos ocurrieron en el Instituto Politécnico Rensselaer en Troy, Nueva York, la universidad no cree que el conserje tenga la culpa.
El instituto afirma que la culpa es de la empresa Daigle Cleaning Systems por no haberlo entrenado y supervisado adecuadamente, según la demanda.
El congelador del laboratorio contenía cultivos celulares y muestras a los que una “pequeña fluctuación de temperatura de tres grados causaría daños catastróficos”, según la demanda presentada por la universidad ante la Corte.
Sin embargo, según entrevistas realizadas a profesores e investigadores de la Universidad, el congelador estaría sonando porque la temperatura estaba aumentado al interior del refrigerador y debía ser reparado.