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Pasar de una diferencia negativa de 17 medallas de oro a 67 en tan solo cuatro años significa que el deporte antioqueño extravió su rumbo, mientras que la delegación del Valle ratificó que los procesos en el deporte siempre arrojarán frutos positivos en los Juegos Nacionales.
Con sus 209 medallas de oro, 152 de plata y 128 de bronce (para un total de 489 metales), los representantes del Valle continuaron marcando el paso en el deporte nacional gracias a sus altas inversiones, fogueo internacional, planeación para contar con los mejores atletas del país y el trabajo a mediano y largo plazo.
Las 142 preseas doradas, 119 plateadas y 147 bronceadas (el acumulado fue de 408) de Antioquia evidencian que la brecha se está ampliando y dejan claro que se requieren con urgencia proyectos que potencialicen la reserva deportiva, políticas serias de alto rendimiento y procesos de largo aliento liderados por Indeportes Antioquia y respaldados por las distintas ligas, clubes y entidades de la actividad muscular en el departamento.
En la edición 22 de las máximas justas del país (Valle llegó a 10 títulos contra 9 de Antioquia), finalizadas el pasado fin de semana en el Eje Cafetero, fue tan evidente la superioridad de los vallecaucanos que la preocupación es total y el panorama tiene pinta de incierto, ya que se pasó de ganar tres Juegos consecutivos (2008, 2012 y 2015) a completar dos caídas seguidas (Bolívar-2019 y Eje Cafetero-2023).
Hubo tanta diferencia en planeación, trabajo y resultados que en este 2023 Antioquia solo pudo sacar ventaja en los bronces, puesto que los vallecaucanos totalizaron 128 frente a los 147 de los antioqueños. Además, el departamento pasó de dominar 19 disciplinas colectivas en Bolívar-2023 a apenas 12 en el Eje Cafetero-2023.
Se requieren mayores inversiones
Según Julio Roberto Gómez Gaitán, uno de los dirigentes deportivos de mayor reconocimiento en Colombia,
“En el Valle han hecho muy bien en convertir el resultado de los Juegos Nacionales en un propósito común, una apuesta colectiva en la que el Estado, los gobernadores, el deporte asociado y toda la estructura organizacional deportiva de esa región se unieron detrás de ese propósito y gracias a ello han sido coherentes desde la reserva deportiva, la inversión en implementación, la contratación de técnicos, el proceso legal acomodando deportes en la Carta Fundamental con buen tiempo y la contratación de deportistas representativos”.
Julio Roberto también es un convencido de que en la región se ha hecho todo lo contrario y por eso la segunda derrota en línea en los Juegos.
Sin temor a equivocaciones asegura:
“En Antioquia no se han hecho procesos serios de preparación desde el 2011, la diferencia de inversión es muy grande en temas de reserva deportiva y cuando esta reserva se acaba, que es lo que le ha pasado a Antioquia, los procesos se pueden demorar ocho o diez años en dar resultados; creo que la última administración hizo un buen esfuerzo en tratar de recuperar esa reserva, pero había que esperar cuatro u ocho años para obtener resultados”.
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Fuera de los factores ya mencionados, hay otro elemento que incidió de manera determinante en la derrota antioqueña en las justas. Es el que tiene que ver con la pérdida del sentido de pertenencia y de la mística de los deportistas, valores que se recuperan, cree Julio Roberto, invirtiendo desde el comienzo de los ciclos, porque “sin inversión es muy difícil competir contra un departamento que lo tiene muy claro como el Valle”.
No se puede ser injusto y vale la pena resaltar los títulos colectivos de arquería, bádminton, balonmano femenino, el ciclismo de ruta, ciclismo de pista, los clavados, el rugby, el vóley playa masculino, el canotaje, el ciclomontañismo, el baloncesto femenino, el golf y el fútbol de hombres.
También hay que aplaudir el valioso aporte de deportistas como Karen Durango, la nadadora fue la más ganadora de Antioquia con seis oros, una plata y tres bronces, seguida de la ciclista Lina Marcela Hernández con cinco oros (cuatro en pista y uno en ruta), Ana María Rendón (4 oros y 3 platas en tiro deportivo), Tiffany Murillo (4 oros, 2 platas y 2 bronces en natación), Ginna Escobar (4 oros y una plata en gimnasia), Jorge Mario Murillo (4 oros y una plata en natación), Marta Bayona (4 oros en ciclismo), John Esnéider Moreno, Leivis Sánchez y Héctor Viveros (todos con 3 oros en pesas) y Tatiana Muñoz con sus 3 oros en canotaje.
Sin embargo, perder los Juegos Nacionales por 67 medallas de oro menos genera impotencia, invita a reflexionar muy en serio sobre el futuro y duele más que esos esfuerzos y logros colectivos e individuales no hayan alcanzado para recuperar la corona y terminen siendo insuficientes por falta de políticas claras de los máximos dirigentes para proyectar a Antioquia, que ha sido potencia deportiva en el país, pero sigue perdiendo su prestigio y capacidad por adelantar los procesos a medias, como se han implementado en los últimos ocho años en los que el Valle se ha impuesto con inversión y trabajo."
