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Año 2012, de soluciones para Puente Iglesias

Los damnificados de Puente Iglesias no están refugiados en la Institución Educativa Rural “Alfonso Palacio Arango”, lugar en el que se resguardan cada vez que se desborda el río Cauca. Esta vez se alojaron en las tres carpas que donó el gobierno de Rusia a este corregimiento del municipio de Fredonia y que tienen capacidad para 20 personas.

Las tiendas se montaron en El Mango, en La Blanquita y Santa Elena, sectores que junto a El Paso, La Guajira y San José se anegaron desde el pasado lunes tras el rebosamiento del afluente en esta región del Suroeste antioqueño.

“El nivel del río bajó, pero la emergencia continúa, pues sigue lloviendo para la parte de arriba, por el Valle. Así que la gente no puede regresar a sus casas. Hay familias albergadas desde el año pasado porque sus ranchitos, que estaban en el costado izquierdo del río, fueron arrasados por la fuerza del caudal, cinco en total. Otras catorce están en las mismas, porque sus viviendas se encuentran en alto riesgo”, manifestó María Gladys Vásquez, vicepresidente de la Acción Comunal de Puente Iglesias.

Para evitar que esta historia se repita cada que llueve, se encuentra en marcha un proyecto de vivienda social en el que se reubicarán 194 familias que viven en los terrenos aledaños a la antigua vía del ferrocarril.

“Este proyecto está en firme y es liderado por la Gobernación de Antioquia, que le entregó a Comfenalco la responsabilidad de adelantarlo. Las viviendas se construirán en un terreno de once hectáreas que fue donado por la Fundación Berta Arias de Botero, Fundarias, en predios de la hacienda La Guamo, jurisdicción de Jericó”, destacó el alcalde de Fredonia, Carlos Mario Londoño Espinosa.

Hasta ver, no creer

Dora del Socorro Velásquez vive con su familia hace nueve años en la estación del tren de Puente Iglesias. “Allá hay gente viviendo hace 30 años”. La señora llegó en el año 2000 al corregimiento y se vio obligada a albergarse dos años después con los suyos en aquel lugar, debido a una creciente súbita del río que inundó su vivienda. “Entonces éramos diez familias. Con el tiempo fue llegando más gente y fueron armando su rancho, por eso hay más afectados. Siempre dicen que nos van a reubicar y no pasa nada. Y es que no es fácil porque no hay terrenos. Los ricos no venden las tierras aptas para construir, porque no quieren a los pobres cerca. Estamos rodeados de gente millonaria, con mucho ganado, pero lo ven a uno aguantando hambre y no le ofrecen ni un vaso de leche. Allá donde van a construir, en La Guamo, también se entra el agua, todo eso se inunda. Yo por eso no creo mucho. Hasta que no vea la primera casa hecha y me entreguen las llaves de la mía, no voy a creer”. La señora afirmó que el Dane sólo entregó 150 formularios para igual número de familias de este corregimiento, pero la entidad tenía que distribuir 220 entre quienes aspiran obtener una de las viviendas de interés social. “¿Dónde están los otros 70?”, se preguntó, mientras se alejó vociferando por el estrecho camino que conduce al sector de San José.

Proceso lento

El burgomaestre Londoño Espinosa subrayó que las casas de La Guamo tendrán una extensión de 70 metros cuadrados, cada una con huertas. “Una vez les sea escriturada la propiedad, tendrán que ayudar a demoler su antigua vivienda. Luego instalaremos en estos lugares una vigilancia permanente para evitar que vuelvan a construir en estos terrenos. Hemos encontrado gente que quiere hacer nuevas construcciones en estos lugares y se lo hemos impedido, para que sean beneficiados solamente los que tenemos identificados” expuso Londoño.

El Alcalde agregó que de todas formas no será tarea fácil lograr que muchas familias abandonen esa franja ribereña. “Puente Iglesias es una zona de invasión de la vía férrea.

Hay gente que no se quiere ir porque, si usted se fija, muchos de ellos tienen fincas al lado del río Cauca, mansiones al pie de la carrilera, dejar esas casas no va a ser fácil para ellos, pero lo tendrán que hacer porque no vamos a estar toda la vida socorriéndolos cada que llueva y se desborde el río. Siempre son las mismas familias, los sacamos de allí, los atendemos, los metemos en la escuela o en la estación o, como en esta ocasión, en las carpas rusas. Ellos ya saben de las viviendas y las están exigiendo con prontitud, pero este es un proceso lento y el movimiento de tierra apenas se hará el año entrante. Les pedimos paciencia porque para este año no va a ser. Así que durante esta nueva temporada de lluvias, seguro se van a presentar las mismas inundaciones y las mismas emergencias”, concluyó el Mandatario.

[Alianza con El Mundo]