Mientras las funerarias de Manizales no daban a basto para las exequias de 39 personas rescatadas de entre los escombros del barrio Cervantes, centenares de personas trabajaban incansablemente en la búsqueda de al menos 25 desaparecidos por la tragedia.
Socorristas, vecinos y familiares, reforzados con maquinaria pesada forman el conjunto que no escatima esfuerzos para encontrar a las personas que en ese sector del barrio afectado vieron crecer a sus amigos hoy sepultados. Los organismos de socorro hallaron ayer los cadáveres de nueve personas, tras el derrumbe que sepultó 14 viviendas, mientras en la iglesia del sector eran atendidos los 154 damnificados.
La polémica después de la tragedia estalló luego de que habitantes del sector desmintieran haber recibido una alerta roja por parte del Comité Local de Emergencia de Manizales.
Al respecto, el director de Gestión de Riesgo del Ministerio del Interior, Carlos Iván Márquez, reconoció un posible error de comunicación en la alertas a los moradores del barrio Cervantes.
“Queremos revisar porque cuando se da una alerta se da a conocer a todos los organismos. Allí estamos revisando que el esquema y la estrategia de comunicación llegue a todos los organismos”, indicó.
Por su lado, un comunicado del Comité de Emergencia de Manizales aclaró que la alerta roja dispuesta el pasado 30 de octubre cobija a toda la ciudad y no a barrios o sectores específicos.
Añadió que “la emergencia ocurrida en el barrio Cervantes fue producto de un evento inesperado de gran magnitud”.
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