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En el Día Internacional contra el Cáncer de mama, conocimos una fundación que acompaña y ayuda a mujeres a superar el doloroso proceso que genera una quimioterapia y el momento de despojarse de su cabello.
Para un gran porcentaje de las mujeres el cabello es sinónimo de feminidad, fuerza y belleza, pero cuando por cuestión de salud esta parte del cuerpo se ve afectado, aceptarlo no es fácil. Es entonces cuando lugares como la fundación Amo mi Calva cumplen un papel fundamental, con campañas de desprendimiento y desapego.
Sin apoyo, con recursos propios y trabajando con lo poco que prácticamente se tiene en casa, esta fundación busca la manera de estar ahí, justo cuando las pacientes más lo necesitan, como es el caso de su última quimioterapia.
Son mujeres que pasaron o están pasando por momento difíciles por cuenta de esta enfermedad que puede atacar a cualquier persona.
