ncenter size-full wp-image-6228" title="León Valencia" src="https://telemedellin.tv/wp-content/uploads/2011/04/León-Valencia.jpg" alt="" width="640" height="480" />
Bogotá, 1 abr (EFE).- Los neoparamilitares de Colombia han tomado el camino que trazaron en el pasado los grupos de la desaparecida organización AUC, al alcanzar una presencia nacional y constituirse en asociaciones o confederaciones, alertó hoy en Bogotá un centro de análisis y estudio sobre conflicto y paz en el país.
Las bandas que surgieron tras la disolución de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) entraron en un proceso de agrupación que las tiene reunidas en siete "grupos grandes", sostuvo el director ejecutivo de la Corporación Nuevo Arco Iris (CNAI), León Valencia, durante un foro público sobre el fenómeno.
Valencia observó que en estas siete agrupaciones han convergido las 22 denominaciones de grupos neoparamilitares o de bandas criminales ("Bacrim", como las denominan las autoridades) que existían en 2008.
Además, "hay un proceso de aglutinamiento de ellos", agregó el investigador, y señaló que, internamente, se han dado alineamientos en tres vertientes o confederaciones.
Es una evolución que muestra que "van en un proceso de agrupamiento, como lo hicieron en su momento los paramilitares", subrayó el portavoz de la CNAI, organización no gubernamental (ONG) convocante del foro "Los desafíos del Estado frente a las bandas criminales".
En el encuentro, acogido por un recinto del Congreso Nacional, también intervinieron el ministro del Interior y de Justicia, Germán Vargas Lleras, y el presidente del Senado, Armando Benedetti.
Valencia consideró que la negociación del Gobierno del ahora expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) con las AUC terminó en fracaso y llevó al surgimiento de los grupos neoparamilitares.
En Colombia "se ha inaugurado un nuevo ciclo de violencia a partir de 2008", advirtió Valencia, quien indicó que, aunque "es muy difícil contar bandidos", las nuevas agrupaciones pueden sumar unos 10.200 miembros.
Una buena parte de los mandos medios de estos nuevos grupos provienen de las antiguas AUC, como otros de sus integrantes, continuó el director de la ONG, y señaló que las "Bacrim" tienen ahora presencia en 293 municipios (casi la cuarta parte de poblaciones del país).
A ellas se les atribuyeron unos 7.000 de los homicidios cometidos el año pasado en el país, el 40 por ciento del total del período, añadió Valencia.
Son bandas, dijo luego, que tienen en común con las desaparecidas AUC el narcotráfico como actividad preferente, pero que, ante la pérdida de mercados internacionales para la droga, intensifican el "narcomenudeo" o el "microtráfico" dentro del país.
Sin embargo, advirtió de que, en materia de drogas, no dejan de mirar hacia las regiones de frontera, como la conflictiva con Venezuela; privilegian las alianzas con mexicanos, se extienden hacia el sur del continente y buscan salidas hacia África.
Tras compartir una buena parte del diagnóstico de Valencia, el ministro Vargas Lleras aceptó que las "Bacrim" son "un flagelo aterrador" y "una amenaza inmensa".
"Tenemos que avanzar aceleradamente en su desmantelamiento y judicialización", admitió el titular del Interior y de Justicia.
El funcionario dijo que uno de los retos del momento para el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos es el de impedir que estas bandas interfieran en los próximos comicios.
Los colombianos irán a las urnas en octubre venidero para elegir alcaldes, gobernadores, legisladores locales y regionales, además de juntas administradoras locales en algunas ciudades.
Mientras, el presidente del Senado reconoció que estas bandas han adquirido poder político y militar en algunas regiones, y pidió que se les considere como una amenaza igual a la que representan las guerrillas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
