Alan Nahuel Ruiz cumplió uno de sus sueños con su llegada a Colombia. Ya había participado en el Sudamericano Sub 20 pero el descenso de su equipo Gimnasia y Esgrima de La Plata a la segunda división, podría haberlo dejado por fuera de la convocatoria para el Mundial.
Sin embargo, Walter Perazzo volvió a confiar en él y el más chico en edad de este plantel llegó a Medellín cargado de ilusiones.
Aquel pequeño jugador que las pasó todas en las calles de La Plata, allá en su natal Los Hornos, y que desde los cinco años comenzó su sueño con la camiseta del Club Alumni, debutó con tan solo 17 años en la primera del fútbol argentino. Lo hizo en la fecha 13 del torneo anterior cuando ingresó en la segunda parte del juego ante Quilmes (2-2). Apenas dos fechas adelante, Alan ya formaba como titular nada más y nada menos que para enfrentar al campeón en su casa, Vélez Sarsfield.
Mientras su padre Federico dirigía en la categoría ’89 del Alumni a su otro hijo “Fede”, que también hace parte del plantel profesional de Gimnasia, ya se hablaba de un “monstruito” de la ’93. Ese mismo que llegó a las divisiones inferiores del “Tripero” en 2007 y que en poco tiempo pegó el salto hacia el equipo titular. “Mi padre me entrenó desde los dos años y medio, gracias a él soy el jugador que soy”.
Con apenas nueve partidos en la máxima categoría, Alan demostró ser un jugador diferente, talentoso, un “crack”. Así lo catalogó el exdirector técnico de su equipo, Hernán Darío Ortiz.
Hoy, con la camiseta de su selección, el “Topito” o “Alancito” como lo llaman algunos, espera hacerse un lugar entre los once de Perazzo. Sin embargo, la competencia es fuerte y en su posición, Argentina tiene cantidad y calidad. “Me lo tengo que ganar. Soy el jugador más chico y trato de hacer lo posible para ganarme un lugar. Al que le toque jugar siempre lo vamos a apoyar. Hay una disputa por el puesto con jugadores muy buenos”, comentó Ruiz.
Argentina no tuvo un buen Sudamericano en Perú y la expectativa del pueblo “gaucho” disminuyó de cara al Mundial.
Lo más lejos
Alan asegura que el plantel sí está motivado y que ahora, comienza otra historia. “Hubo muchos cambios, se nota la diferencia en cuanto a lo que había pasado en ese torneo. Ahora estamos muy concentrados, con el equipo que tenemos ahora. Solo pensamos en sacar este Mundial adelante”, indicó.
Su selección siempre es favorita y esta vez no es la excepción. Un “grupo de la muerte” y la presión acostumbrada de figurar entre los primeros, parecen no intervenir en los sueños del plantel albiceleste.
“Estamos tranquilos, tenemos un plantel bastante bueno, con muchos jugadores. Vamos a hacer todo lo posible para salir campeones de este Mundial. Son todos rivales fuertes, pero Argentina también tiene. Tenemos que hacer lo que sabemos que es jugar a la pelota”, agregó el volante.
Erik Lamela, Carlos Luque, Roberto Pereyra, Alan Ruiz, Juan Iturbe, Facundo Ferreyra, Lucas Villafañez y Agustín Vuletich forman la “banda” argentina encargada del ataque.
El equipo de Walter Perazzo no quiere desentonar y desde ya se fijan como meta el paso a la segunda ronda. “Siempre uno quiere quedar campeón, pero lo primero y más importante es clasificar. Ya pensaremos en llegar lo más lejos posible”, explicó Alan.
El descenso y su futuro
Adicional a los cinco jugadores que River Plate aportó al seleccionado, Alan Ruiz y Rodrigo Battaglia (Huracán) son los otros dos jugadores que hacen parte de un club de segunda división. Los descensos de River, Gimnasia, Huracán y Quilmes, todavía son, para ellos, difíciles de digerir.
“Fue una etapa muy dura con el tema del descenso. Eso lo dejé aparte y metí la cabeza acá en el Mundial”, comenta Alan, quien logró disputar el partido de desempate (ante Huracán) y los dos juegos de promoción (ante San Martín SJ) con la camiseta del “Lobo”.
Si bien el resultado colectivo no fue el mejor, sus destacadas actuaciones y el buen recuerdo del Sudamericano contribuyeron para que varios clubes, entre ellos Colo Colo, se fijaran en él. El cuadro chileno le hizo a su representante Pablo Consentino una oferta por 3 millones de dólares. Una cifra nada despreciable para este joven al que todavía le quedan cinco años de vínculo con el club “Decano” del fútbol argentino.
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