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Jhonier Tello es un abogado penalista que ejerce su carrera en Medellín. Este fin de semana fue protagonista de un curioso hecho que lo tuvo preso en la cárcel de Bellavista por ‘despistado’.
En sus redes narró cómo es que la visita que realizó a este centro penitenciario ubicado en el municipio de Bello para sostener una reunión con un cliente, le jugó uno de los sustos más grandes de su vida.
Abogado estuvo preso en Bellavista por ‘despistado’
Tras finalizar el encuentro que no superó los 60 minutos, se dirigió a una de las puertas de seguridad para salir del penal.
Allí lo recibió uno de los dragoneantes, quien dudó que este fuera abogado y lo señaló de ser un interno más de esta cárcel.
“A ver, su tarjeta profesional y cédula (usted no tiene pinta de abogado)”, le exigió el responsable del custodio en la cárcel.
Tello buscaba los documentos, pero no los encontraba. Los había perdido durante su recorrido dentro de Bellavista.
“Yo a usted lo he visto es como en el patio 8”, decía el dragoneante, mientras desde las celdas murmuraban: “ese mas tiene que ser una firma, un duro”.
La historia del abogado que estuvo preso por despistado.
Fue a conversar con el cliente, en la cárcel Bellavista de Bello - antioquia, sobre los avances del proceso (la tertulia no superó 1 hora). Luego de la despedida, trató de salir por una de las puertas de seguridad. pic.twitter.com/Ejw6CHEYUH— Don Tello (@jhoniertello) September 16, 2022
Preocupado por no encontrar los papeles y ante las dudas del vigilante, el abogado regresa al lugar donde sostuvo la reunión para intentar encontrar su tarjeta profesional y cédula. Sin embargo, nadie daba razón de los documentos.
Una hora después de preguntar y buscar, por los parlantes notificaban que habían encontrado unos papeles. Un preso los halló y se los regresó al abogado.
“Fue como recibir la boleta de libertad”, dijo el profesional.
Le enseñó las credenciales al dragoneante quien posteriormente le permitió la salida, no antes sin soltarle el siguiente argumento:
“Ah, bueno, Ahora sí le creo y puede salir. Es que usted con esa pinta y esos tatuajes tiene más pinta de preso que de abogado. Usted me disculpará, pero las apariencias engañan y era mi trabajo verificar”.
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Finalmente, el abogado abandonó la cárcel Bellavista respondiendo al guardián: “usted cumplió con su trabajo, señor. Feliz día”.
