El felino silvestre de la especie margay (Leopardus wiedii), que permanecía en cautiverio, cayó del tercer al segundo piso de una vivienda de Bello; inmediatamente la ciudadanía alertó a la Policía, que activó la ruta de atención con el Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación (CAVR) de Fauna Silvestre del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
En ese momento, el margay fue identificado como un individuo juvenil con un comportamiento inusual para su especie, evidenciado en su excesiva cercanía a los humanos, una de las consecuencias más frecuentes del tráfico ilegal. Adicionalmente, los profesionales identificaron la posible presencia de una enfermedad metabólica ósea, asociada a una alimentación inadecuada y a la ausencia de condiciones ambientales propias de la vida silvestre.
Lea también: Dolor en Navidad: dos perritos aparecieron muertos en el patio de una vivienda en Medellín
“Se realizaron pruebas genéticas para confirmar la especie. Esta hembra recibió un proceso integral por parte del equipo interdisciplinario, enfocado en enseñarle nuevamente a cazar, buscar alimento y defenderse. Después de un año y medio, logramos cerrar con éxito su proceso de rehabilitación”, explicó Andrés Gómez Higuita, supervisor del CAVR de Fauna Silvestre del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
Aseguró el funcionario que debido a su condición inicial, marcada por la impronta hacia los humanos y las afectaciones derivadas de una nutrición inadecuada, en una etapa del proceso se contempló la posibilidad de que el margay no iba a lograr desarrollar las habilidades necesarias para sobrevivir en libertad, lo que habría implicado su permanencia en una colección viva.
Sin embargo, hacia finales de 2024, el margay comenzó a mostrar una mejora progresiva y sostenida que permitió reorientar su proceso con fines de liberación.
Le puede interesar: Rechazo por el regreso de las corralejas en Fredonia, tras cuatro años de suspensión
Así las cosas, el equipo de zootecnia y biología implementó un riguroso plan de rehabilitación enfocado en la recuperación de comportamientos naturales. Se diseñó una dieta especializada basada en presas enteras, ajustando cantidades y frecuencia según la condición corporal del animal, y se establecieron días de ayuno controlado, una estrategia clave para estimular conductas de caza y forrajeo propias de la especie.
De igual forma, el animalito fue sometido a un manejo estricto orientado a la reducción del contacto humano. Se limitó la interacción directa, se priorizó el manejo a distancia y se promovió un ambiente controlado que favoreciera la expresión de comportamientos silvestres. Con el paso de los meses, el individuo comenzó a evidenciar conductas clave como la búsqueda, el acecho y la caza efectiva de las presas suministradas, indicadores determinantes de que su amansamiento estaba disminuyendo y su instinto silvestre permanecía intacto.
Ya con ese resultado, el equipo interdisciplinario estableció que el margay se encontraba apto para su liberación, cerrando con éxito su proceso de rehabilitación.
La liberación se realizó en articulación con Corantioquia y la Reserva Natural El Globo, garantizando las condiciones necesarias para su adaptación y supervivencia en vida silvestre.
“Estamos en el Suroeste antioqueño, jurisdicción de Corantioquia. Este es un bosque de niebla, un ecosistema de alta complejidad, que cuenta con todas las características necesarias para que el individuo pueda desarrollar sus habilidades en libertad”, señaló Luis Guillermo Sierra, biólogo del Equipo de Fauna de Corantioquia.
“Esta reserva cuenta con la protección de la fauna y la flora, y conserva importantes fuentes hídricas, por lo que el margay tiene aquí todas las condiciones ideales para su vida silvestre”, afirmó por su parte Francisco Bayer, guardabosques de la Reserva Natural El Globo.
Para más información, siga aquí el canal de WhatsApp de Noticias Telemedellín.