En las afueras del portón de la cárcel Bellavista de Bello se escucharon los cuatro disparos de un atentado contra un funcionario del INPEC.
Según la denuncia, el dragoneante terminó su turno y, cuando salía del centro penitenciario, observó a un hombre en moto que desenfundó un arma de fuego. Ante el primer disparo, se resguardó y evitó que atentaran contra su vida.
“Sobre las 7:15 de la noche, una motocicleta interviene a un compañero que salía de prestar su servicio de guardia del día y le hace cuatro impactos. Gracias a Dios no impactaron al compañero. Él logró escabullirse entre los carros y esto fue a 100 metros del ingreso del establecimiento”, contó el dragoneante Felipe Quimbayo, vicepresidente del Sindicato Nacional del INPEC.
Y es que este acto violento contra el INPEC no parece ser aislado en el país. Es el quinto atentado en menos de 72 horas: primero, en la cárcel La Modelo de Bogotá, donde un funcionario fue asesinado y dos más resultaron heridos, así como otro ocurrido en Armenia.
“La preocupación latente es el abandono que tenemos por parte de las autoridades. No puede ser que en estos establecimientos se den estos atentados a nivel nacional. Es un plan macabro por parte de unas bandas criminales, pero no tenemos el acompañamiento ni siquiera de la Policía Nacional, por eso, el llamado es a las autoridades para que en los centros penitenciarios realicen esa labor de seguridad que deben hacer”, agregó el dragoneante Quimbayo.
En los últimos dos años, 26 funcionarios del INPEC han sido asesinados en todo el país, además de que se han denunciado 266 amenazas a los dragoneantes solo este año.