En Medellín es preocupante la situación de los inquilinatos. En el centro de la ciudad, se concentran más de 500 viviendas de este tipo, donde se vulneran los derechos de los niños que viven en condiciones precarias.
Este tipo de vivienda se ha incrementado con la crisis migratoria de Venezuela, transformando hoteles ocasionales en inquilinatos familiares y creando una situación preocupante para quienes habitan en estos espacios.
“También encontramos que en los inquilinatos el 79% de los niños y niñas viven con 4 o más de 4 personas en una habitación, en una habitación donde muchas no caben 2 camas sencillas”
Habitaciones que miden entre 8 y 10 metros, sin baño o cocina, exponiendo a los menores a espacios comunes con desconocidos, siendo esta una situación de riesgo, sobre todo para las niñas, que de cada 10 atendidas en la semana, 1 denuncia una violencia sexual.
En el 61% de los abusos sexuales contra niñas, niños y jóvenes de Medellín, los agresores pertenecen al círculo familiar y más del 70% de los casos ocurrieron en la vivienda de la víctima, es decir, los niños que habitan en los inquilinatos están en riesgo permanente, pues se conoció también que los inquilinatos no son una vivienda transitoria.
Situaciones de conflicto o precariedad propician la presencia de familias en estos lugares, siendo entonces factores de permanencia en estos sitios.
Además la indocumentación, dificulta el acceso a sus derechos a la mayoría de menores que hacen parte de poblaciones vulnerables.
Preocupa el precario estado de algunos inquilinatos en Medellín
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