En una de las calles cerradas de Cristo Rey se encuentra un libro abierto con su historia, un mural que describe los momentos más importantes del barrio.
Cristo Rey es un barrio con memoria. Aunque tiene calles cerradas, su historia es un libro abierto, en el que las primeras páginas están escritas con tinta indeleble y aún hay muchas hojas en blanco.
“Está plasmada parte de la historia de Guayabal, teniendo en cuenta cómo eran antes las quebradas cuando iban a desembocar en el río Aburrá, los meandros, las quebradas que tenía todo este sector. Luego siguen otros cuadros, que nos van a permitir ver cómo era el desarrollo de construcción de las viviendas”, explicó Jorge Humberto Ortiz, director de la mesa ambiental comuna 15.
Este mural reduce en 22 mosaicos la historia del barrio Cristo Rey, desde lo que fue la zona rural de la ciudad, la construcción de las primeras viviendas de forma primitiva y lo que se convirtió en uno de los sectores con mayor impulso de la industria privada.
“Cada uno de los cuadros nos va diciendo cómo es también el sector de Guayabal, especialmente el centro de aquí de la comuna; cómo eran las habitaciones y cómo eran las residencias”, agregó Ortiz.
Cada mosaico es una historia, un recuerdo y una promesa.
“Está entonces el lavadero de ropa en La Guayabala Oriental, todo lo que tiene que ver con el nombre significativo de Guayabal, donde era el sembrado de las guayabas”, concluyó.
Finalmente, la parte inferior de la obra pintada por el artista de la misma comuna, Amed Villa Arteaga, es un homenaje a la niñez: inspiración y semilla de la sociedad.