Noventa años han pasado desde aquel 24 de junio, en que el tango quedó de luto pero Carlos Gardel, nunca se fue del todo.
Fue aquí, en Medellín, donde la historia cambió de rumbo. Donde la voz más célebre del tango se apagó físicamente, aunque su eco sigue intacto. Murió en un accidente aéreo un día como hoy en el año 1935, pero su leyenda musical empezó a volar más alto.
Carlos Gardel interpretó la emoción latinoamericana. Le puso melodía al desarraigo, al amor imposible y a la nostalgia que se baila en dos por cuatro.Fue argentino, fue francés, fue uruguayo, fue de todos. Y desde aquel día, Medellín también lo hizo suyo.
'El día que me quieras', 'Volver', 'Por una cabeza', entre muchas otras, son canciones que no envejecen, que siguen hablando de amores eternos, nostalgia y despedidas.
Hoy, Medellín lo recuerda con música y danza en el Festival Internacional del Tango, en rincones como Manrique y el Aeropuerto Olaya Herrera, lugar donde su voz tuvo su último aliento.
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