La historia del cónclave se remonta al año 1000, aproximadamente, cuando se determinó que el clero de Roma era el encargado de reunirse para la elección del papa. Allí comenzó a institucionalizarse la reunión del Colegio de Cardenales, tras la muerte o renuncia del pontífice.
El cónclave, al ser milenario, ha tenido diferentes situaciones. El más largo de la historia ocurrió en el siglo XIII: duró 1.006 días, unos 3 años. Incluso, los ciudadanos, cansados de la espera, retiraron la alimentación de los cardenales para acelerar su decisión. Allí, se dio la elección del papa Clemente IV.
“Entonces se resolvió ubicar el cónclave por varias razones: primero, por la cercanía a los otros espacios donde se pudieran hospedar los padres cardenales; y segundo, porque el recinto inspiraba y promovía la presencia de un signo, que luego va a ser muy popular: la chimenea, con la cual se anuncia la elección del papa”, explicó el padre Diego Uribe, docente de Teología de la UPB.
Roma no ha sido siempre el lugar del cónclave. Ciudades como Venecia y otras regiones de Italia, y países como Alemania o Francia también han sido testigos de este encuentro.
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